La digitalización en el medio rural: el reto de «apperizar» a la población
La actual será la década de la digitalización. De eso no hay duda. El proceso, que había arrancado ya algunos años atrás, ha despegado definitivamente como consecuencia de la pandemia. Aquí y allá, en las grandes capitales y en pequeños municipios. Nadie se escapa de las redes que la revolución digital ha tejido a lo largo del siglo XXI.
La apuesta por la digitalización no es baladí. Ni en lo relativo a la alfabetización tecnológica de una parte de la población ni en el compromiso presupuestario. Es por ello que la mayor parte de las partidas económicas impulsadas por la Unión Europea tienen como destino prioritario las inversiones centradas en este ámbito. Así que la senda por la que transitar ya está marcada.
No obstante, son muchas las cuestiones a abordar. Porque los procesos de estas características requieren, en primer lugar, de una aceptación social. Y en muchos casos, de un cambio de mentalidad. Pero superadas estas barreras, al margen de las tecnológicas, la maquinaria se pone en marcha.
La pandemia causada por el Covid ha puesto de manifiesto la importancia de que los ciudadanos autogestionen los recursos municipales
La “apperización” de Tudela
David Tabarés sabe mucho de todo esto. De creer en un proyecto y ponerlo en marcha. Técnico de Deportes en el Ayuntamiento de la localidad vallisoletana de Tudela de Duero, está logrando “apperizar”, como él dice, a parte de los más de 8.500 vecinos de la localidad.
¿Su objetivo? Conseguir la digitalización de la gestión todos los recursos municipales a través de la aplicación. No se trata de renunciar a la atención personal, pero sí de ser más ágiles y eficaces.
“Hay que tener muy claro que para los trabajadores municipales supone el doble de trabajo. No olvidemos que, para facilitar que la gente no tenga que venir, hay que tener todo actualizado y listo”, explica Tabarés.
Su experiencia, de momento, es más que favorable. Comenzaron con el Servicio de Deportes, en concreto con la gestión de las instalaciones deportivas. De los abonos electrónicos pasaron a las reservas en la piscina climatizada. Sí: se trataba de evitar, ya desde tiempos del Covid, la coincidencia de muchas personas en el mismo espacio.
¿Cómo funciona? A través de un sistema de cita previa. Desde el Servicio se establece el aforo, y mediante un sistema de reserva por franja horaria se puede elegir calle para que la concurrencia permita la práctica deportiva confortable. “La gente se autodistribuye mejor”.
El salto a la cultura
El funcionamiento en el ámbito deportivo es tan positivo que el Consistorio ha decidido emprender su implantación en el cultural. El auditorio de la localidad es el objetivo: reserva de butacas, compra de entradas, pago a través de la aplicación… siempre, eso sí, que se disponga de la correspondiente tarjeta electrónica.
El proyecto de digitalización, nacido de una apuesta personal, ha adquirido tal dimensión que en la actualidad cuenta con el soporte de una empresa. De este modo, con respaldo, se buscará gestionar la totalidad de los recursos municipales a través de la aplicación: cursos para niños, entradas, reserva de pistas deportivas…
¿Cómo hacer llegar la digitalización a todos?
“Pretendemos que toda la población esté informada al día, al momento”. En un escenario como el actual, en el que esta tarea se hace especialmente complicada por el exceso de información, es todo un reto. Y más cuando se pretende llegar a todos.
Pero lejos de lo que se podría pensar, la elevada edad de una parte importante de la población de Castilla y León y de España (también de Europa) no es el mayor obstáculo. Para Tabarés, el miedo a las nuevas tecnologías es prácticamente innato a los españoles. Pero no siempre los mayores son quienes tienen más reservas a propósito de su uso. De hecho, explica, en Tudela hay mucha gente mayor que hace uso de ella de manera habitual. Así que fuera prejuicios.
La de la digitalización es, sin duda, una causa del presente. Fue la pandemia la que dio el empujón definitivo a una revolución que, más allá de cualquier perspectiva visionaria, es cosa del presente. Del hoy. De ir a la piscina, de sacar una entrada, de realizar una gestión. La “apperización”, amigos, llegará a todos los rincones. Y más pronto que tarde.